Una irresistible tentación de chocolate
Jean Galler sólo tenía 16 años cuando comprende que el chocolate sería su vida. Para cumplir su sueño y convertirse en un maestro chocolatero, se formó con los mejores, en Basilea en Suiza y con Gaston Lenôtre en París. Desde el principio, el joven chocolatero fue creativo, innovador y pionero, aportando su toque personal y generoso, su vivaz y colorido aporte al mundo del chocolate belga. Pero la verdadera aventura comenzó en 1976 con la creación de su fábrica de chocolate, que alojó en su ciudad de Lieja, Bélgica.
Hoy en día el equipo de Galler, todavía dirigido e inspirado por la pasión de Jean Galler, selecciona los mejores ingredientes y los añade a las deliciosas recetas de chocolate por las que es famoso: barritas y mini barritas, deliciosos gofres rellenos de chocolate, sin olvidar los bombones y las trufas.
Los bombones, todos cuadrados, son todo un descubrimiento que combinan los mejores chocolates con ingredientes clásicos como el ganache, el praliné de “hojaldre” o innovadores como la asociación con otras especialidades belgas: los speculoos, la babelutte (una exquisitez de Furnes, un caramelo de mantequilla salada).
Más recientemente, asociaciones inesperadas con el té Matcha, el curry, el yuzu, o la búsqueda del gusto por los bombones sin azúcar añadido, son la prueba de un saber hacer tradicional que no excluye lo moderno.
Un dinamismo y un sentido de la perfección que han permitido a Galler llevar el título de Fournisseur Breveté de la Cour de Belgique (Proveedor Patentado de la Corte de Bélgica) desde 1994.