Belvas

Esta empresa belga, dirigida por Thierry Noesen, es una marca de chocolate un tanto especial, ya que el enfoque global de la elaboración del chocolate se basa en la vuelta a los sabores auténticos, pero también en un compromiso social. Por lo tanto, Belvas produce bombones y trufas 100% Bio excluyendo los aromas, los productos modificados genéticamente y las grasas hidrogenadas, y favoreciendo los ingredientes de comercio justo.

Desde 1985, Belvas (antes Devas) se enorgullece de seguir siendo totalmente artesanal a pesar de su gran éxito. Su consigna es usar nada más que productos naturales, tanto por su chocolate de 72% de cacao como por su mantequilla, crema fresca y vainilla.

Tan pronto como fue adquirida en 2005, el equipo directivo dio un nuevo impulso a Belvas, una fábrica de chocolate en dificultades financieras en ese momento, y convirtió toda la empresa en Comercio Justo, convirtiéndose así en la primera fábrica de chocolate del norte de Europa especializada en este mercado. Obtuvo la etiqueta Max Havelaar y alienta a los proveedores no certificados a cambiar sus políticas de compra.

Dos años después de la adquisición, cuando la empresa ya había duplicado su volumen de negocios, continuó su desarrollo y se dirigió al mercado de la agricultura orgánica. En 2012 todos los chocolates Belvas están certificados como orgánicos y la investigación e innovación de nuevos productos orgánicos es permanente.

Al tener la licencia Max Havelaar desde 2005, Belvas también ofrece una forma de trabajo artesanal, cuyo saber hacer se basa en ingredientes orgánicos.

Basado en la suposición de que un belga come unos 8 kilos de chocolate al año, Belvas es como una casa de chocolate en la que es bueno ser goloso. Trufas, chocolate negro 72%, bombón con avellanas del Piamonte, toda una gama de delicias típicas belgas que Belvas nos propone.

Belvas está designada como “la microempresa más ecológica de Europa”, según la Comisión Europea.

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